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Consejos para que las máquinas de hostelería duren más tiempo

Consejos para que las máquinas de hostelería duren más tiempo

El empresario hostelero sabe la importancia que tienen las máquinas que componen su negocio, las que le ayudan a mantener en buen estado los productos gracias al frío (mesas frías, congeladores, muebles frigoríficos, neveras…), aquellas otras dedicados a la producción de platos incluidos en la cocina (fogones, freidoras, hornos, planchas…), las dedicadas a producir cubitos de hielo, a mantener el vino en su justa temperatura de consumo, a lavar vasos y platos…

El empresario hostelero sabe que debe dedicar tiempo y recursos para mantenerlas en buen estado en previsión de que no nos produzcan males mayores, como, por ejemplo, que no enfríen lo suficiente y los alimentos no conserven su buen estado, que los congeladores pierdan el hielo y rompan la cadena de frío de los productos de consumo, que no caliente la plancha o el horno y no podamos servir parte de la carta… en definitiva, que ninguno de ellos falle para que no ponga en riesgo ni la salud de los comensales ni peligre o retrase la producción del negocio.

Mantener un estricto control sobre todo este material nos hará ahorrar dinero como empresarios, evitando tener que comprar con demasiada antelación cualquiera de estas máquinas, sin apurar al máximo el rendimiento de las que ya tenemos o crear una crisis de producción en plena faena, con el consiguiente efecto negativo que tendrá para la caja de ese día y para la reputación del local a corto, medio y largo plazo.

EL MANTENIMIENTO DE TUS MÁQUINAS

Que a nadie le quepa duda de que el mantenimiento de las máquinas de un restaurante es imprescindible para que el restaurante tenga opciones de mantenerse productivo y alcanzar el éxito comercial. Como es de suponer, el tiempo y el uso continuado de estas máquinas terminarán pasando factura, deteriorándose y rompiéndose. De nosotros, como empresarios y dueños del negocio, dependerá que nuestros equipos duren más y no nos coja desprevenidos si alguno de ellos va a dejar de funcionar.

Por lo tanto, para evitar en la medida de lo posible las incidencias que pudieran darse debemos controlar constantemente, vigilar exhaustivamente, el funcionamiento de todo el equipo funcional que tengamos en nuestro restaurante, debemos conocerlo como conocemos el punto exacto de cocción de nuestros platos, y es que cada máquina tiene su función y uso óptimo.

El primer consejo es, como cabe suponer, la limpieza diaria de todos y cada uno de los componentes que han sido utilizados durante la jornada laboral, realizándola, además, con productos específicos para cada caso. Como la mayoría de las máquinas de hostelería, si no todas, estarán fabricadas en acero inoxidable, deberás tener en cuenta estos detalles.

Quita primero lo más importante: la mugre, restos de comida, huellas y grasa para que después, con una bayeta y un detergente suave, puedas terminar el trabajo. Para desengrasar intenta respetar la dosis que marca el material a limpiar, retira el exceso de producto a medida que vas puliendo con un trapo seco, en el aclarado no te cortes con la cantidad de agua y para pulir hazlo en la dirección del patrón del acabado.

El segundo es el de realizar revisiones periódicas, no debemos esperar en ningún caso a que la máquina deje de funcionar para buscar dónde está el fallo y arreglarla, el coste será muchísimo mayor, llegando incluso a no tener arreglo o ser demasiado caro y tener que comprar otra máquina con el desembolso que eso significa. Si observamos con atención, el equipo y cualquier máquina profesional dan señales de que algo no va bien bastante antes de que deje de funcionar.

Debemos estar atentos a ruidos excesivos, cambios repentinos en esos ruidos, paradas abruptas, olor a quemado, humos o falta de refrigeración. Antes de que el mal vaya a peores deberemos llamar a los técnicos especializados para saber qué le ocurre y si podemos actuar con antelación a que se averíe definitivamente.

El tercer consejo es que, aunque realicemos nuestras propias revisiones, cada cierto tiempo, y aunque no creamos que exista problema alguno, llamemos al especialista de confianza para que realice una revisión general, optimizando el funcionamiento de todas ellas, que con total seguridad con el paso del tiempo habrá ido disminuyendo.

Un consejo más es asegurarse de que poseemos a buen recaudo todos y cada uno de los permisos, licencias y seguros de las máquinas y del mismo local en general. El personal de mantenimiento (operarios, instaladores, montadores, electricistas, mecánicos…) que vaya a actuar sobre nuestras máquinas debe poseer la cualificación necesaria, debe poderla demostrar acreditando las titulaciones correspondientes y deben realizar sus trabajos siguiendo la normativa vigente.

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